La corrección de los impagos encadena seis trimestres de mejora
El dato está en línea con la evolución favorable iniciada en 2013, que puso fin a la fase de año y medio de empeoramiento ininterrumpido que se inició en la segunda mitad de 2011. Los niveles de impago de nuestro mercado doméstico siguen superando los que se registraban al cierre de 2007. De mantenerse esta tendencia, estos niveles podrían situarse en el entorno de su valor a largo plazo en algún momento de 2015.
La evolución del Índice Crédito y Caución de Incumplimiento refleja el reequilibrio progresivo de la economía española, tras casi dos años de contracción, en un entorno de mejora de la actividad empresarial y las expectativas de crecimiento económico. Este entorno más equilibrado, unido a la selección de riesgo y gestión del crédito al cliente que preside las relaciones entre empresas desde 2009, han provocado una reducción sostenida de los niveles de impago en el B2B a lo largo de los últimos seis trimestres.
El entorno de negocio que afrontan las empresas españolas sigue siendo muy complejo. La iliquidez continúa siendo el principal detonante de los problemas de pago. Los niveles de insolvencia judicial, que reflejan las dificultades de muchas empresas para seguir reestructurándose ante la complejidad de la realidad económica cerraron 2013 en máximos, en el entorno de los 10.000 casos anuales. Cabe esperar que el número de concursos cierre 2014 por debajo de los 7.000 casos, especialmente si se cumplen las previsiones de mejora del acceso empresarial a la financiación. Estos niveles de concursalidad, muy superiores a los anteriores a la crisis donde lo habitual era registrar un millar de casos anuales, plantean aún muchas dificultades para la actividad comercial, pero marcan un descenso significativo respecto a 2013.
La evolución del Índice de Incumplimiento refleja en gran medida las precauciones del tejido empresarial para evitar la transmisión de la insolvencia que, en un entorno de descapitalización empresarial y dificultades de acceso al crédito financiero, tiene un impacto mucho más relevante en la mortalidad empresarial.
En gran medida, la mayor suavidad que muestra el índice desde 2010 refleja hasta qué punto las empresas han reforzado el control y la gestión continua de sus canales de distribución, estabilizando de forma significativa el impacto de la morosidad a lo largo de la cadena comercial.
Fuente: Crédito y Caución